A la nana, nanita, nana… a la nana nanita… le cantaba a su hija todas la noches al llegar agotada del trabajo. Había logrado quitarse al monstruo de su lado, porque de encima, lo que se dice de encima hacía tiempo que no había estado; vamos ni debajo, ya no había tiempo para nada deSigue leyendo «DIA 8 DE MARZO 2017: No era él.»