Hoy es un día grande para nuestro país. El pueblo español, capacitado con “soberanía nacional” en el párrafo 2 del artículo 1 de la Constitución Española, aprobada un 6 de diciembre de 1978 la Carta Magna, la ley de leyes para España.
Vengo hoy a hablar del preámbulo de la Constitución Española como suficiente para el «buen gobierno» ¡qué pena que no tenga carácter de norma ni fuerza jurídica!
He contado 146 palabras, que antes no cabrían en un tuit, y que hoy nos deberían bastar para para autogobernarnos, para: «Consolidar un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular» (art. 1.2 de la CE).
El español es soberano en su España, en su familia, en su barrio, en su municipio, en su provincia, en su comunidad, en su nación, en su país, en su patria, definitivamente en su ámbito territorial, así en el cuarto párrafo se resuelve así: «Proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones«.
¡Esto, se le ha olvidado a los que pretenden gobernarnos!, claro que alguno he oído por ahí que le había venido bien estar en la cárcel porque había tenido tiempo para leer la Constitución por primera vez.
Deberían mirarse en los padres de la norma suprema del ordenamiento jurídico español que lo hicieron posible desde el consenso y en circunstancias políticas arduo complicadas.
Gabriel Cisneros Laborda, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón y José Pedro Pérez-Llorca Rodrigo por Unión de Centro Democrático (UCD), partido que gobernaba en la etapa de la Legislatura Constituyente. Por la izquierda, Gregorio Peces-Barba Martínez Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Jordi Solé Tura Partido Comunista de España (PCE). Manuel Fraga Iribarne, Alianza Popular (AP), en la derecha y Miquel Roca i Junyent, en representación de la Minoría Catalana (CDC, UDC, PSC-R, EDC y ERC).

¡Fíjense! que el preámbulo garantiza «la convivencia democrática dentro de la Constitución de las leyes conforme a un orden económico y social justo«. Desde su entrada en vigor el 29 de diciembre de 1978 en sus diez títulos más el preliminar, la Carta Magna desarrolla este orden respecto a los valores que define: justicia (art. 24.1), libertad (art.10.1), igualdad (art.14 y 9.2) y el pluralismo político (art.6 y 7).
El olvidado preámbulo pretende «promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida«. ¿Creen de veras que mintiéndonos con que van a bajar los impuestos promueven la «calidad de vida»? ¿Pretenden lograr progreso en la cultura y la economía con sus sueldos millonarios, sus prebendas y privilegios desde sus sillas parlamentarias? ¿Van a seguir recogiendo nuestras cosechas y quedándoselas con sus corruptelas?
¡Venga ya! ¡A costa de nosotros, honrados trabajadores!
Vamos a por el penúltimo párrafo: «Establecer una sociedad democrática avanzada«. No veo yo que se proteja a nuestros científicos, literatos, artistas, investigadores, técnicos, ingenieros. Ellos son nuestras semillas de sabiduría. Esos que se tienen que ir del país porque no hay apoyo en I+D+I desde el Estado.
¿Qué están haciendo para retener talento?. Para avanzar se necesita tener un claro objetivo hacia el cual caminar todos juntos, remando en la misma dirección y apoyando a los que dedican sus vidas encerrados en laboratorios, pagando programas de su propio patrimonio o esperando años para cobrar una beca ya consumida.
Y por fin mi párrafo preferido del preámbulo: «Colaborar en el fortalecimiento de unas relaciones pacíficas y de eficaz cooperación entre todos los pueblos de la Tierra».
Primero el verbo «COLABORAR» Del lat. collaborāre, me remito a la RAE. Trabajar con otra u otras personas en la realización de una obra. Contribuir (concurrir con una cantidad). Contribuir (ayudar con otros al logro de algún fin) COOPERACION: del lat. tardío cooperatio, -ōnis. Acción y efecto de cooperar y cooperación reforzada, en el derecho comunitario europeo, posibilidad de que varios Estados miembros adopten un régimen de integración más intenso en algunos ámbitos. COOPERAR. Del lat. tardío cooperāri. Obrar juntamente con otro u otros para la consecución de un fin común. Obrar favorablemente a los intereses o propósitos de alguien.
Relaciones pacíficas, colaborando y cooperando desde la paz, concebido como estado natural del ser humano. Desde la paz se construye, no se destruye. Desde la eficacia. es decir, académicamente definido, la capacidad de lograr el efecto que se desea o se espera, trascendiendo fronteras, y englobando a todos los pueblos del planeta. Además, garantizando nuestros derechos y deberes universales cuando nos movemos fuera de nuestra patria por esa cooperación internacional.
Hoy se cumplen 44 años de la aprobación de la Constitución española en referéndum con unos pilares básicos que garantizan los derechos fundamentales y las libertades públicas, la división de poderes y la soberanía popular. Una transición política «de diez», admirada en todo el mundo, superando una guerra civil, una dictadura, con una moderna Monarquía parlamentaria como forma política del Estado español (art.1.3) y una organización territorial instaurada en el Estado de las Autonomías.
Una Carta Magna con carácter de súper ley, codificada, extensa, rígida (pues ha de ser modificada, acabada y desarrollada en posteriores leyes y reglamentos como recoge en su Título X), democrática, popular, consensuada, garantista del orden público, normativa y ante toda refrendada por el pueblo español.
Los padres de la Constitución en el reencuentro de Gredos, en su declaración del 7 de octubre de 2003, en el Parador Nacional donde fraguaron el texto, sus principios y valores, tan solo desearon e insistieron que se respetaran las reglas del juego democrático y constitucional en las posibles reformas posteriores con el mismo espíritu de consenso y sentido de Estado con el que ellos lo construyeron nuestra magnánima Constitución española
¡Tomen nota señores representantes políticos del Estado español! y el que no aporte, ¡qué se aparte!
