¡Que suerte tengo! Igual es por haber empezado en km. 108. Más o menos llegando al kilómetro 100 vi al colibrí sobrevolando unos maizales. Su aparición me cuenta de cambios, de resiliencia (*), de maravilla… No he podido fotografiarlo, solo le contemplé y lloré de la emoción… pensé: «es realmente muy difícil ver un colibrí en pleno vuelo».

Muy ilustrativa la foto antes de salir hasta mi destino a 21 kilómetros: Portomarín. ¡Estaba tan nerviosa! ¡Tan emocionada! Lo recuerdo y se me saltan las lágrimas. Salí sobre las 9 horas, un poco tarde, pero es que soy un poco inexperta, además pillé un habitación para mí sola. Y… la quería aprovechar, a saber en qué albergues caigo después… Este, tan chulo, que estaba sola, solo dos chicas en las habitación de al lado.
El camino ha sido un poco rollo porque todo el rato llovía, salía el sol, hacia viento, hacía calor. ¡Un poco loco! el tiempo.
Como el argentino que me acompañó unos kilómetros, Eduardo, jejejjjej! que sino podía subir… que si prácticamente le habían obligado sus hijos. Todo el rato quejándose… bueno, al final le perdí porque yo llevaba un ritmo más rápido. Pero, me regaló esta foto que intercambié con él.


Luego de dejarle, me quité la tobillera que me molestaba mucho. Me recomendó el fisio que me la pusiera, antes de salír de Madrid (que me detectó una pequeña esguince). Ahí justo, cuando me la estaba quitando me vino un paisanuco que me dijo que vivía solo justo en una casa de al lado. Que me fuera con él, me decía, ¡que era muy guapa! Si lo sé no me hago el selfie con él. Estuve por borrar la foto. Pero, no me resistía a contároslo. ¡Joer con el viejete!

Anécdotas aparte, el trayecto hasta Portomarín ha sido maravilloso. A pesar de la lluvia y de todo. Me puse la App Run Keeper para medir cuánto tardaba en hacer mi marca 10k de runner. Pues, andando a buen ritmo, 2 horas y cuarto, con lo que seguro que soy capaz de llegar el martes 12 a Santiago de Compostela. Os dejo una selección de las fotos que fui sacando.






El Kilómetro 100
Se supone que haciendo 100 kilómetros que demuestras haber realizado poniendo sellos en tu credencial, pues ya te dan la «Compostela». Yo por si acaso me he hecho foto en un mojón 108 y al 100 también, que curiosamente tenía una inscripción en chino.


Por los héroes de «tengo1proposito»
He ido poniendo pegatinas por todos los sitios que veía que la gente dejaba también testimonios de sus retos. ¡Qué ilusionante! He escrito hasta en un libro que había en un sitio para guarecerse de la lluvia.





Llegando a Portomarín
Precisamente la última pegatina de @tengo1proposito que pegué hoy fue en la entrada del punto final de mi primera etapa de 21K. La entrada a Portomarín, ¡increíble!. Además cogí el camino de máxima dificultad. ¡Pedazo barranco! Y encima todo mojado por la lluvia…
Las fotos en las que estoy yo, están hechas al revés. Era de bajada, como podéis ver en la primera. También la intercambié con un peregrino. Cogí la vía más difícil.




Pero, todo mereció la pena, según crucé el arco de entrada a Portomarín pregunté a una chica, ¿eres de aquí? Al asentir le pregunté por el mejor albergue del lugar y me dijo O’Mirador. ¿Cuánto? 10 euros la noche. ¡Hecho!. Pues ¡vente conmigo! que trabajo ahí. Para allá que fui. Mi primer albergue con literas y todo. Aunque me ha salido un poco rana por la noche que hay alojado un colegio y meten demasiado ruido.
Pero, la comida en el mirador espectacular, el menú del peregrino por 10 euros con caldo gallego, ternera guisada y tarta de Santiago ¡riquísimo!. Elegí los platos típicos de la tierruca, ¡mejor imposible!. Y mirad que vistas al rio Miño.


El caldo gallego…

La carne guisada…

Luego con un café y el postre comencé a escribir en el diario un rato.
El Río Miño que huele a mar.
Bajé al descomunal puente que da entrada a la ciudad y tras el paseo puse a remojo mis cansados piecitos. El agua fría me vino estupenda. Con el suave aroma salado del Río, los rayos de sol calentándome y viendo la oscilación y las ondas del agua, hasta medité y todo.





Completé la tarde con un poco de turismo y un buen gin tonic en la plaza del pueblo. No saqué foto pero, aprovecho para dedicárselo a mis maestros del Camino: Asun y Joan. Nada hubiera sido igual sin sus sabios consejos. Esto será motivo de otro post seguro. Os dejo con la catedral fortificada de Portomarín que es una preciosidad.
¡Hasta mañana!




(*)La resiliencia es la capacidad de los seres humanos para adaptarse positivamente a situaciones adversas. Sin embargo, el concepto ha experimentado cambios importantes desde la década de los 60
Si te sirve aquí tienes otras etapas del Camino de Santiago:
https://evaroblesspain.wordpress.com/2017/09/11/la-cuarta-etapa-palas-de-rey-arzua-la-rompepiernas
https://evaroblesspain.wordpress.com/2017/09/08/en-camino-primer-dia-sarria
Primera etapa terminada. Enhorabuena peregrina, el camino es duro pero como puedes ver tiene sus recompensas. El menú del peregrino al final de cada etapa es la mejor forma de reponer fuerzas y comentar la jornada con otros peregrinos. Animo Eva, mañana la jornada será larga, pero con paciencia llegaras a tu destino. Galicia tiene eso, nubes, agua, lluvia, sol, pero lo mejor son sus gentes. Animo peregrina que te quedan todavía muchos km hasta Santiago.
Gracias por tus ánimos a lo largo del Camino. Y por leer mis post. Gracias de veras!!!!
Primera etapa cubierta. Enhorabuena peregrina!
Galicia tiene eso, nubes, agua, sol, pero sobre todo buenas gentes, el camino es duro, pero tiene sus recompensas, el menú del peregrino es lo mejor al final de cada etapa. Animo que todavía te queda mucho para llegar, además tendrás que hacer más km cada día si quieres terminar el martes…así que animo y a por ellos peregrina.
Buen camino!
Dejando atrás los miedos, los problemas y mi ego… simplemente caminar…