¡Buenas Noches, Luisa! ¡Buenas noches, Miguel!… Parecía un simple saludo, pero no lo era. No porque al fin habían dejado de usar los «nicks» «Lady Mariam» y «Hood» de esa estupida red social de contactos en la que se habían conocido. Llevaban hablando a través de este invento al menos tres meses. Horas y horas chateando, conociéndose poco a poco virtualmente. Y hoy, por primera vez al despedirse se habían dicho sus nombres verdaderos.
Pero aun mas importante, increíble y emocionante: al día siguiente habían arreglado una cita. No como las de hasta ahora, se conocerían fisicamente, por lo que ese «Buenas noches» tenía un matiz muy especial. Ella estaba convencida que le iba a costar mucho conciliar el sueño porque de nuevo las «mariposillas» del enamoramiento volvía a rebolotear en su estómago.
Cada uno tenía sus motivos para comenzar a transitar este lugar de almas perdidas, de ligoteo, de busqueda de medias naranjas. Lady Mariam y Hood tenían otros objetivos puestos en esta red de contactos.
Luisa una atareada «directiva generalísima» siempre «ocupada» y sin apenas tiempo de vivirse asimisma. Ella que cada noche, cada fin de semana, cada puente de mayo, cada Navidad desde hacía ya cinco años se enfrentaba a la obligación de descansar, desconectar, parar, recargar pilas… para enfrentarse de pleno a su mismo yo… a su soledad elegida. Pero, nunca lo lograba. Siempre buscaba una excusa, un nuevo proyecto, una representación de si misma. Un lo que fuera que no la dejara tiempo para ocuparse de si, para simplemente no hacer nada.
Miguel, periodista de investigación. Entre otros reportajes siempre pendientes tenía en mente este del «ligoteo virtual». Se lo habían pedido en la redacción hacia tiempo, pero al final nunca encontraba el enfoque. Un día viendo la televisión se le iluminó la bombilla al ver un anuncio de una de estas redes que estaba de campaña de lanzamiento y allá que se puso a crear su perfil.Por supuesto ni una sola pista de su profesión, ni de sus intenciones. Un tío de lo más normal.
Y de repente, Robin Hood se topó con el perfil de Luisa y se enganchó con su Lady Marian. Le hacia gracia la coincidencia de la elección de los nicks, quizás tuviera que ver con la búsqueda de la libertad que ambos parecían ansiar y a la vez…ese ansia de no sentirse tan solo, tan desamparado, tan invisible en medio de la gran ciudad.
La noche pasó. y gracias al bote de Normidinas que ambos se arrearon consiguieron conciliar el sueño. Robin pensó en un sitio cercano al trabajo de ella para ser lo más pkráctico posible. sobre todo no hacmerle perder el tiempo. del que sabía andaba muy escasa. Ella decidió dejarse llevar, aunque pidió a su asistant Sonia revisará todos los detalles. no fuera a ser que… este Robin de los Bosques fuera lo que no parecia.
Y el momento llegó…dos besos de recibimiento !por supeesto! no iba a pensar éste que ella era una fresca… menudo… se sentía muy violenta con la situación, ella metida en una red de contactos…¡madre mía!..
El a pesar de presuponersele que como hombre iba a estar como pez en el agua en esta situación estaba completamente intimidado…
Pero algo en el cielo había ya confabulado para que estas almas en busca de amor conectaran. Los deliciosos caldos, la magnífica comida y esa complicidad nacida en el chat hizo lo que tenía que suceder. Era la primera vez que ninguno de ellos planificaba, ordenaba, sugería, planeaba, dirigía, suspervisaba… lo que están sucediendo. tan solo pasó….
El amor es eso… amor