Recuerdo perfectamente esa sensación de ardor en la parte baja del estomago cercana a la quemazón, casi como si algo ardiera por ahí dentro. Solo recuerdo haber sentido eso las dos veces que me he casado. Justo en las horas previas a la ceremonia.
En ninguna otra circunstancia de la vida mucho más terrorífica a priori, dícese un despido, o un juicio, incluso un robo… He llegado a sentir esa desazón tan de «carne viva», tan de acojone, tan de deseo de huida; aunque suene tópico, cual Julia Roberts en «novia a la fuga».
Soy muy de pensar, amasar, analizar, escudriñar, planificar todo lo que hago. Todo paso que doy en la vida debe pasar por el tamizador de mi curioso y comprometido cerebro. No doy puntada sin hilo. No, no y no.
Pero, al pasar del tiempo y mirar atrás, que ni para coger impulso dicen, me gusta pararme a reconocer, que la fuerza del amor es tan potente que te puede llevar a cometer verdaderas locuras que incluso vayan contra tus propios principios.
He leído de ciertos autores versados en esto del amor, hormonas, enamoramientos y demás la siguiente sentencia. El enamoramiento es una enfermedad transitoria. Y para mi que tienen razón.
Ahí os dejo con Josh Rouse que opina lo mismo que yo.
Do I really wanna be in love?
Video de Do I really wanna be in love?
There’s a storm out
In the streets tonight
I’m wondering
Where to go
Do I really wanna be in love
Do I really wanna figure it out
Am I praying to the stars above
There’s a man who wants scream and shout
Do I really wanna be in love
Little girl
With a wedding gown
She’s wondering
Where to go
Does she really wanna be in love
Does she really wanna figure it out
Does she pray to the stars above
There’s a man who wants scream and shout
Does she really wanna be in love
I know you
See this true
Do you really wanna be in love
.