Felicidades a todos los papis del mundo!. En

especial a mi hermanico que es padre también. Y también Felicidades a los Josés, las Pepas, los Pepitos, las Petitas, Josefas, Josefitos…! No me sé ni un solo Santo, ni el mío siquiera. Pero, éste como lo han arrimado a la celebración del Padre o al revés siempre lo recuerdo.
Pero no venía yo a eso, sino a felicitar al «cascarrabias» de mi padre con un relato donde quiera que ande. MAS ALLA DEL PAPEL CELOFAN…
Lo recuerdo como si fuera hoy mismo.
Te tirabas todo el mes en el cole haciendo una manualidad que por lo menos en mi época no servía para nada… Una horterada que se le ocurría a la profesora de turno que te preguntabas «¿paqué servirá esto, madre mía?.
El caso es que te tenían currando todos los días que tocaba educación plástica en el regalo «para papá». Además era imprescindible que pusiera eso: «para papá»…. Que sí lo repites consecutivamente hasta parece una canción. ¡Parapapa Parapapa Parapapa!.
Mientras hacías este regalo ponías en él todos los recuerdos de tu corta vida al lado de tu progenitor, tus primeros pasos en la bici, tus desayunos domingueros en la cama, los saltos en el sofá mientras no te veía, los sorbos clandestinos al Paracodina (que a mi me sabía a Coca-Cola), los paseos en barca en el estanque del Retiro con mi gorro preferido de peluche a lo muñequita rusa y hasta las largas partidas de ajedrez que se que muchas veces me dejaba ganar (yo, es que soy malísima en eso de los enroques).
Y cuando veías terminada la obra de arte #ParaPapa, que diríamos ahora, pues resulta que todavía quedaban 10 días para la celebración del 19 de marzo. Y tenías que aguardar, vivir en el suplicio de ver envuelto todo tu esfuerzo, todos tus recuerdos, todo tu corazón en un papel celofán de colores, colocado en la estantería más alta de clase para que no pudiéras cogerlo. Había años que trabajábamos en cosas de arcilla, plastilina o barro… Este el porque tanta previsión.
Y por fin llegaba el gran día. Ese viernes que la profe repartía entre sus alumnos sus trabajos «#ParaPapa». Y todavía me quedaba una larga espera, primero porque al ser Robles, en el orden alfabético salía bastante perjudicada. Segundo, que hasta el Domingo, todavía quedaba mazo de días!!. Y te querías morir.
Bueno, yo recuerdo la noche anterior anterior al día del padre más larga incluso que la Noche de Reyes. Yo por lo menos por la inquietud del ¿le gustara?. O quizás porque mi padre siempre decía que ese día era un invento de El Corte Inglés y vivía en un sin vivir si le gustaría la horterada que yo había hecho porque me habían mandado y en la que había depositado todo mi amor.
Entonces llegaba el domingo del Día de Padre. No se sí la celebración caía en domingo siempre como la de la Madre o a mi me lo parecía. A lo que voy… Cogíais el regalo envuelto en celofán, corrías en pijama y calcetines por el pasillo hacia la habitación de papá y mamá y…
¡Fiesta! En la cama. Entonces todo era maravilloso porque a tu papi le encantaba el regalo…¡vamos que fliplaba con el! Y mamá traía el desayuno… Y parecía que habías hecho una obra de Louvre, o pintado un Picasso, o una escultura de Botero o un que se yo de Goya y te sentías la hija más feliz del mundo.
Ahora lo se. Ahora que soy madre.
Mamá y Papá era mágicos y sabían ver a mas allá del celofán. Ellos veían todos mis recuerdos sobre las experiencias vividas y con ellos, que estaban ahí… Dentro de mi regalo #ParaPapa.
Ahora se que ellos podía verlo como yo lo veo ahora. Besos #ParaMama y #ParaPapa. Feliz Día !