Corría el verano del 2013 y yo estaba trabajando como PR en The Global Gift en Marbella. El planten de celebrities que se avecinaba era espectacular. La «red carpet» iba a brillar con un fin muy solidario: recaudar fondos para la «Eva Longoria´s Foundation».
Uno de mis cometidos, además de llevar los medios de comunicación que se apiñarían para llevarse «la foto» era conducir a esas celebs a lo largo de la alfombra roja. Concretamente a lo largo del segundo corner del photocall para que realizaran las entrevistas con aquellos medios audiovisuales autorizados para tal fin. Y yo, esperaba… con ansiedad el momento en el que aparecería él. Shemar Moore, el chico de la serie norteamericana «Mentes Criminales». Todo esta listo. Preparado. Y así, comenzarían a llegar.
Pero, mi historia no se desarrolla en la «red carpet» en cuestión del domingo de autos. No. Fue justo la noche anterior. Eva Longoria daba una cena privada a su amigos, a todas las celebrities convocadas para el evento. Y yo… me ocupaba de la prensa y de la foto de entrada al «Café del Mar»donde tenía lugar la cena. La cosa era sencilla, era algo muy exclusivo y solo «los elegidos» irían llegando para cenar y antes posar en el umbral de la puerta del restaurante. Yo, tan solo les tenía que pedir que posarán para los tres selectos medios seleccionados en exclusiva.
Poco a poco puntuales fueron llegando. Y todo salía a pedir de boca, perfecta organización. Y de pronto, llegó él. Con una sonrisa indecente que llenaba la noche de luz. ¡Puf! ¡que subidón! Era Shemar. Como acababa de hacer con todos los que llegaron antes que él le detuve y le dije: «please, would´t you mind if we take a photo of you? it´s a souvenir for Eva. No para mi… por supuesto para Longoria, ¡of course!_ pensé.
Y… su cara se iluminó. Bueno, o al menos eso me pareció a mi.
– Of course, darling, but only if I take it with you…
– Oh no Shemar… It´s forbidden for me, I´m working, I cannot take pictures with you…
– What? Then, if you´re not in the photo, me neither…
Y claro… era mi trabajo… y tenía que conseguir que Moore posara en el photocall del «Café del Mar». Tengo que confesar que tuve que hacer un gran sacrificio. Tuve que dejar que su mano recorriera mi cintura para cogerme, que me mirara como si de veras yo le hubiera encandilado y por supuesto dejar que me besara dulcemente en las mejillas…
Luego, durante la cena, cruzamos miradas en varias ocasiones. Inocentes, sonrientes y llenas de complicidad. Y el resto es otra historia que algún día os contaré.
Love is love. El amor es tan solo eso: Amor.
HAHAhaha >_<