Y siendo madre y escribiendo primeros amores, resulta que justo en este día me han prestado uno muy especial. Jack, nos escribe esta carta a modo de diario que ahora os transcribo. He tratado de conservar casi todas las expresiones de Jack, para que quede impresa su personalidad.
“1º día: Me levanté super nervioso, era el día en el que iba a ver a la chica por la que tanto sueño he pasado debido a horas de conversaciones telefónicas, rayadas y paranoias dentro de mi cabeza, también pensaba que podría estar enamorado de ella.
Llegué como es habitual justo cuando los campamentos entraban en la escuela de vela, yo con la bici intenté ponerme guapo… cosa difícil en mi (je, je…) llegué y busqué desesperado por la única chica que quería ver, mi desde ahora GORDITA.
Tras buscar y buscar me dijeron que estaba en el grupo de la tarde, ahí es cuando empezó el problema: desde ese día a partir de esa comida no podía comer, sentía un nudo e el estómago que no me dejaba comer ni hacer, otra cosa que no fuera solo pensar en ella (cada 2 minutos), creo que me había enamorado de la única chica que ha sido, es y siempre será buena parte de mi, ya que es la más especial que se cruzado en mi vida. Por fin llegó el momento y la ¡vi!, me abrazó, fue un abrazo bastante incómodo, pero me daba igual, acababa de ver que la chica a la que creía perfecta de verdad existía.
Días 2 al 6: Durante esos días estaba muy cofuso, no podía creerme quién había en la escuela de vela todos los días era, “mi gordita”. Allí no podía hablar mucho con ella, por lo que hablábamos por teléfono todas las noches, hasta aquel día, concretamente el 6 de julio de verano que se covertiría en mi mejor verano debido a la semana que pasé con ella. Decidí ir después de trabajar a verla, estuvimos hablando y fue entonces después… cuando decidí hacer la mayor locura que he hecho en mi vida.
7 de julio de 2010. Le dije que la llamaría, ya que era el partido más importante del deporte español de la historia, nos jugábamos la Copa del Mundo. Era importante, pero la persona de verdad más importante de mi vida y quien me gusta es Judit, y de la que sigo enamorado. No pensaba pues en los 11 jugadores de la selección española, sino que solo en mi gordita, Judit. Decidí pues y tenía muy claro que me iba a olvidar del partido y pasar esa noche con la chica más especial que ha pasado por mi vida.
Esa noche los chicos y chicas del campamento verían el partido fuera, era la ocasión perfecta para pasar una noche solos en la playa. Pidió a Cubo, su monitor, que la llevara pronto a donde iban a ver el partido y llegó allí con su amiga del “campa” Vicky y nos convenció que fuéramos a dar un paseo por la playita.
Y así fue… el día más especial de mi vida, y como no, un lugar para recordar: DPMT 51, una piedra que tenía grabada esta inscripción, junto a la que nos sentamos.
Esa noche, una vez sentados estuvimos hablando durante más de una hora, que se pasó como 2 minutos, luego la muy loca de mi chica fue a una casa a pedir un boli para escribirnos en los brazos y fue cuando me escribió y dijo “te quiero”, en ese momento después de escribir yo en su brazo le dije que me moría de ganas de besarla, (aquí es cuando nos besamos), desde ese momento y hasta que terminó la noche, fue todo increíble, tanto que no tengo palabras para describirlo, como la canción de Michael Jackson, “speachless”. Acabó el partido y tuvimos que irnos, ella volvía al campa y a mi me recogían los monitores de vela.
9 de Julio: La esperada noche ibicenca. Por supuesto, me presenté allí, pero nunca imaginé que después de lo bien que lo pasamos hacía dos noches, aquella noche fuera tan nefasta. Nada más llegar los monitores comenzaron a mirarnos mal, todos menos Cubo, hasta tal punto que cuando terminaron de hacer sus tareas, Iñigo y Alex intentaron acercarse a nosotros para hablar y los monitores se separaban, eso no fue lo peor.
Lo peor fue cuando yo y Fer intentamos entrar en la Fiesta Ibicenca, puesto que éramos monitores y cuál no fue nuestra sorpresa que nos dijeron que no se podía entrar, nos quedamos flipados y con ganas de pegarle, esto sigue sin ser lo peor, lo peor llegaría cuando vino Judit a hablar conmigo y enseguida le dijeron que volviera dentro y a mi que para fuera.
En ese mismo momento me entró una rabia interior que no me aguantaba, fui a por helados por una apuesta perdida y cuando volví hablé con el monitor para que me dieran el número de lo máximos responsables del campa, pero nadie me hacía caso, vino Elisa y me dijo: “Ramón, es muy sencillo, Judit no puede salir, y a ti no te vamos a dejar entrar, otros años se ha podido entrar, pero este no”.
En cuanto me di la vuelta rompí a llorar, no podía más, me hacían imposible ver a mi chica, la mejor de todo el campamento, mi chica especial.
Al final conseguí hablar con ella, pero, por teléfono, y con lágrimas en los ojos le expliqué lo que pasaba, no podía dejar de llorar, creo que ella pudo notarlo a través del hilo telefónico. No quiero recordar todo esto, porque de nuevo rompo a llorar. Por mucho que hablé con todos los monitores, aunque iba llorando, con una vergüenza que te mueres, a nadie parecía importarle lo que me sucedía. Sin remedio, sin solución, sin permiso para estar con mi chica en la Fiesta, me fui a la playa de mi casa y allí seguí llorando mientras dibujaba corazones sobre la arena, con un“Judit te amo” dentro.
13 de julio:
Era nuestra última noche juntos, el final del verano y el final del campamento llegaba.
Al fin, me dejaron entrar de noche, porque al menos los días anteriores conseguí estar con Judit a la luz del día. Subí arriba y saludé a todo el mundo, pero en especial a “mi gordita”. Pasamos la noche en el mini-balcón de la discoteca, (“por cierto, Judit, ese día ibas ¡guapísima!).
Y esta fue una noche que no voy a olvidar jamás, ya que estaba haciendo lo que quería, estaba con la persona más increíble, genial y especial para mi que ha pisado la tierra. No se que pensarás tú, sobre todo lo que ha pasado estos días y esta última noche que al final iba a la gran despedida, pero era la 1 hora y 30 minutos de la mañana y al día siguiente tenía que madrugar a las 8, para despedirme definitivamente de “mi gordita”. Me fui para casa, pero no podía dormirme, “Judit, son las 2 de la mañana y quiero que sepas que no me puedo dormir pensando en todo lo que te quiero y quiero que sepas que no te voy a olvidar en la vida!”.
Que sepas que TE QUIERO y que a va a ser muy difícil para mi seguir adelante SIN TI. Por cierto, te llamaré y espero que tu a mi para saber que te ha parecido el compartir el campamento conmigo.
P.D: Que sepas que en septiembre voy a Madrid, espero que quieras verme, sino te has aburrido ya de mi. ¡Ah! Por cierto, intenta no llorar con todo esto, que ya lo he estado haciendo yo por los dos, mientras te escribía. JUDIT TE QUIERO DE VERDAD”.
Ahí va el tema de estos dos enamorados.