Mi vida en Ponferrada tocó techo. Me casé con 18 años, embarazada y a los 11 meses me separé. Por aquel entonces en los pueblos el que no estaba a gusto marchaba a Alemania o a Francia a trabajar. Yo elegí Suiza, donde encontré el amor verdadero, ¿quién me lo iba a decir a mi?.
Algo así me contaba mi amiga Mari Cruz, que ahora se encuentra plena y feliz porque de veras a encontrado el amor de su vida con el que lleva viviendo de aquí para allá 25 años. Y me contaba su tierna historia que no podía dejar de compartir en mi blog de primeros amores.
Como te contaba me fui a Suiza tras criar a mi hijo soltera en Ponferrada. Allí trabajé primero sirviendo en una casa en la cual aprendí el idioma para manejarme en el día a día. Pero el milagro ocurrió cuando trabajaba en la “Spaguetería”. Recuerdo que entre los rumores del restaurante comenzó a circular que llegaba un portugués y todas andábamos como locas preguntándonos cómo sería. Y llegó…
Era bien parecido pero sobre todo muy divertido porque el entraba a hacer el trabajo sucio, a fregar platos, recoger, limpiar… y yo por entonces estaba de ayudanta del maitre, en un puesto mucho mejor, claro esta. Y lo que más me quedó grabado es cómo nos hacíamos de rabiar, todo el santo día peleándonos. Yo era la única que le entendía algo, porque el portugués guarda más o menos similitud con el español y al ser de Finisterrre, el portoñol era habitual utilizarlo cuando cruzábamos la frontera. Pues eso, tonteando de aquí para allá, cuando terminábamos de trabajar, los días que librabamos pues Joaquín “el portugués” se venía a mi casa, porque en aquel entonces era la única que tenía televisión. Intercambiábamos porque el era el único que tenía coche, un Renault Clio destartalado, “muy feo”, pero que al menos nos llevaba de aquí para allá, para conocer sitios por Suiza, en ese momento nuestra patria. El poco a poco se fue formando en los fogones y yo como camarera de restaurante cada vez era mejor.
Y un día en una de las excursiones que hicimos a un lago precioso me contó su historia. El era de familia muy rica y poderosa pero el destino le había jugado una mala pasada, su papá en un viaje a Africa le pico un insecto que le terminó produciendo la muerte. Mientras él en Lisboa andaba ya casado con una abogada de fama reconocida. La desgracia de su padre afectó a la economía familiar y la mujer de Joaquín le rechazó, ya no le interesaba… le dijo que se fuera, y cómo era buena abogada amañó todo para dejarle en la más mísera ruina. El decidió irse lejos y mira por donde apareció en Suiza y me conoce a mi. Ese mismo en el lago nos prometimos amor eterno y hasta hoy. No estamos casados oficialmente, pero yo he pasado los mejores años de mi vida al lado de “mi portugués”. Hemos trabajado, siempre juntos, el de cocinero y yo de camarera de hotel en Londres, Alemania, Francia y por fin volvimos a España.
Somos tan felices los dos juntos que aunque ambos hemos tenido nuestros escarceos amorosos previos a conocernos puedo decirte que el primer amor y más verdadero lo conocí junto a Joaquín. Y mientras María Cruz me contaba su historia los ojos de Joaquín que la miraba envelesado me decían que ella es su primer y único amor. Y en su Portugal natal perdería toda su fortuna, pero en Suiza encontró otra y más verdadera, su amor incondicional a Mari Cruz.