Mi gran amiga Julieta, ¡qué nombre tan romántico!, ¿verdad?… Me contó su primer amor compartiendo mesa y mantel… “Con ocho años bajábamos a jugar al parque todos los amigos y amigas del barrio. De repente aparecieron un día, unos niños nuevos de Nicaragua…
ni cortos, ni perezosos, nos raptaron a una amiga y a mi. A nuestros compañeros españoles no se les ocurriría nunca una cosa así, vamos que la palabra “raptar” ni la concebían en su vocabulario. Y como te decía, nos ataron y nos pusieron detrás de dos pinos. Yo sentí un poco de miedo, como que estaba viviendo una película… pero ya el colmo de la vergüenza, porque no era otro el sentimiento fue cuando nos dijeron: “no os soltaremos hasta que nos deis un beso en la mejilla, trananana, nanaaaaaa!”.
Poco a poco se fueron integrando en la pandilla e introdujeron juegos mucho más sabrosos y divertidos. Para nosotras eran unos chicos fascinantes. Estábamos acostumbradas a nuestros amigos españoles que eran muy brutos, solo nos pegaban, se peleaban… pero, eso de raptarte, de pedirte un beso en la mejilla… ni se les pasaba por la cabeza… A mi me parecía como muy romántico. Más adelante descubrimos que eran los hijos de Mejía Godoy… los de “los perjúmenes”, quizás de sus papás y canciones de amor heredaron esa facilidad para el embrujo y la seducción que tenían.
Estábamos todas prendadas… nos contaban unas historias, que no se si inventaban o qué, el caso es que sonaban genial… “nos contaban que para hacer las películas de Holliwood se ponían pegatinas en los ojos, para hacer los ojos achinados, que muchos actores no estaban casados con la actriz que se decía públicamente… nos lo creíamos todo, todo…
Después del beso de la liberación del rapto, que por supuesto le dimos encantadas, yo me convertí en la novia de uno de ellos, y me cuidaba mucho, no dejaba que ningún otro niño ni siquiera me miraba, “era su chica para siempre, como decía él”. Siempre que jugábamos al látigo o al pañuelo me pedía a mi la primera para que fuera en su equipo, me venía a buscar a casa en cuanto salía al parque.
Pero, el día que no se me podrá olvidar nunca fue cuando hice la Primera Comunión, que vino y me dijo: ¿te puedo decir un secreto? estás muy guapa, eres la princesa de mis sueños, y me dio un beso. Yo me quedé muerta, estuve toda una semana pensando en el beso que me había dado mi novio y que me había dicho que qué guapa, ¡estaba anonadada!.
Pasaron un año en España y ya cuando se tenían que volver para Nicaragua, no dijeron nada, me imagino que no les gustarían las despedidas. Solo se que un día bajé a jugar al parque y me había quedado, como se suele decir, plantada y sin novio. Quizás un día le busque por el Face Book, solo por saber si me recuerda. Sería bonita saber qué es de él y que recuerdo guarda de mi».
A continuación os pongo la canción del padre del novio de Julieta, je, je…
LETRA DE LA CANCION CARLOS MEJIA GODOY – SON TUS PERJUMENES MUJER (EL SON NUESTRO DE CADA DIA)
Son tus perjumenes mujer,
los que me sulibeyan,
los que me sulibeyan,
son tus perjumenes mujer
Tus ojos son de colibrí,
ay como me aleteeeeeyaaaannnnn..
ay como me aleteeeeeeeyaaaaaannnnn..
tus ojos de colibrí.
Son tus perjumenes mujer,
los que me sulibeyan,
los que me sulibeyan,
son tus perjumenes mujer
Tus labios pétalos en flor,
como me soripeyan,
como me soripeyan,
tus labios pétalos en flor.
Son tus perjumenes mujer,
los que me sulibeyan,
los que me sulibeyan,
son tus perjumenes mujer
Tus pechos cántaros de miel,
como reverbereyan,
como reverbereyan,
tus pechos cántaros de miel.
Son tus perjumenes mujer,
los que me sulibeyan,
los que me sulibeyan,
son tus perjumenes mujer
Tu cuerpo chucaro mi bien,
ay! como me almareeeeyaaaaa,
ay! como me almareeeeyaaaaaaa,
tu cuerpo chucaro mi bien.