¡¡¡¡FELIZ 2011!!!!

Comenzaremos el año con una historia con final feliz. Porque aunque quede muy romántico que la historia te incite a la lágrima, también es muy bonito que acabéis de leer el relato con una sonrisa en los labios, contagiados por el amor que han vivido otros.

Esta historia me la ha contado una vecina, que es un verdadero encanto, es más, el nuevo matiz de esta historia es que lo dos enamorados, matrimonio, casados hace 23 años, me fueron desvelando su historia entre los dos. ¡qué bonito!, ¿verdad?. Todavía siguen juntos, ME y JC, se conocen desde la infancia y tienen dos hijos estupendos y no se han separado ni un solo instante desde el día que se conocieron.

Durante una de las celebraciones de mi cumple en casa, ME comenzó a relatarme: “JC siempre dice que ya se fijó en mi y mis coletas cuando yo tenía 5 años, el tenía 6, yo la verdad es que de tan pequeña no consigo acordarme”, y JC me apuntó, “claro, cómo olvidar a mi ME con sus coletas y el babi del colegio”.

“Si recuerdo, los juegos en el colegio ya más mayorcitos, JC se tiraba arrastrando las costillas por el suelo, para pillar al que cogía el pañuelo, en el pilla-pilla siempre iba a por mi, en el balón prisionero siempre me defendía si me daban un balonazo, en el escondite, siempre me buscaba a mi… y qué casualidad, siempre me encontraban esos ojos verdes tan bonitos, en cualquier rincón, al torcer una esquina, era como mi sobra. Inocente de mi, lo veía como una casualidad, el venía a por mi, pero yo no lo veía así, para mi era un juego de chiquillos.

Y el tiempo pasó, cuando el contaba los 14 y yo 13, se rompió una pierna y el médico le mandó quedarse en casa con la pierna en alto. Como todas las chicas del colegio estaban locas por él y sus ojos verdes preciosos, decidieron ir a verle a su casa. Y claro yo me apunté a una de esas visitas, no sin problemas porque en un principio no me dejaban ir porque yo era de séptimo y ellas de octavo. Pero, al final las convencí a cambio de quedarme en un rincón sin hablar, porque claro yo no era mayor como ellas que estaban en octavo. No dejó de mirarme en toda la visita. Las mayores de octavo cotorreaban, cotorreaban… pero el no dejaba de mirarme a mi, ahí fue realmente cuando me di cuenta que estaba coladito por mi, después me confesaría lo que te conté al principio de la historia, desde los 5 años, cuando llevaba coletas, él ya se había fijado en mi.

Estuvo 6 meses con la escayola y no fue hasta que se la quitaron que me pidió salir. La verdad, es que nada cambió, lo único es que era como oficial, era mi chico, el más guapo de la clase, el de los ojos verdes era para mi, y estábamos más tiempo juntos y era su novia. Un día mi padre nos vio juntos de la mano, entonces invitó a JC a subir a casa. “¿Qué intenciones tienes con mi hija?”, JC le respondió muy convencido: “Pues somos novios, estamos saliendo, y yo la quiero mucho y voy a cuidar de ella”, mi padre respondió: “espero que sea así, que no me entere yo que la tratas mal y no se hable más”. Y así fue como comenzamos a salir oficialmente con 13 y 14 años, después del tiempo nos casamos y formamos nuestra familia.

Fuimos juntos al colegio, después al instituto, y todo lo hacíamos juntos, hasta de pellas nos íbamos a las canteras de Colmenar a bañarnos en pelotas, era tan divertido, nos hicimos el Ínter Raíl con nuestra mochila, nos escapamos a Ibiza y a sus playas nudistas… cada etapa de nuestra vida ha tenido sus momentos buenos y malos… y todos ellos los hemos vivido juntos, apoyándonos el uno en el otro”.

Cuando ME y JC, terminaron su historia no pude sino que decirles: “ME DA, QUE VUESTRA HISTORIA VA A GENERAR MUCHAS ENVIDIAS ENTRE MIS LECTORES, IGUAL QUE A LAS MAYORES DE OCTAVO, LAS FASTIDIARIA QUE “ME” SE LLEVARA AL MAS GUAPO DE LA CLASE, ESTANDO TAN SOLO EN SÉPTIMO”.