¿A quién hay que tirarse para conseguir una taza de te y una galleta de chocolate?. Y aparece en escena Nataly. Hugh Grant, representa el papel del primer ministro británico recién elegido, que se enamora a primera vista de uno de los miembros de su gabinete, la actriz Martine McCutcheon en el papel de Nataly.
Desde su primer encuentro, en realidad todo son desencuentros. Los nervios traicionan a Natalie desde la primera vez que les presentan en el 10 de Downing Street. en la mismísima toma de posesión del cargo. El, el primer ministro cae encandilado por la sencillez de ella, que derrama frescura, y sobre todo sería una amor inadecuado para alguien de su cargo.
Como un verdadero colegial, además de las obligaciones y responsabilidades que conlleva su cargo, David (el primer ministro) no puede evitar reclamar su presencia para simples tonterías, con la excusa de verla, de compartir unos instantes con aquella que le desvía la concentración de sus tareas como Primer Ministro Británico. Aquella que vive en la parte “chunga” de una de las calles más largas de Londres, aquella a la que acaba de abandonar su novio diciéndola que la dejaba porque estaba engordando, “nadie quiere a alguien con los muslos gordos”, sin embargo, luego explica “no era una buena persona”.
Pero, la fatalidad, arroja una lanza entre los dos enamorados, porque ella también sabe perfectamente que él está prendado de ella. Es la visita del presidente de los EU, sí , sí, estimados blogueros, sí, sí… son los celos, el pensar que ella puede ser para otro, es la situación que desata la irremediable decisión de lanzarse a por ella. El encontrar al presidente de los EU susurrando en la oreja de Natalie, mientras David va buscar unos papeles, son los que le llevan, uno a romper la diplomacia con la prepotencia del continente del otro lado del charco y a castigar a su amor a otro destino, para no verla.
Pero, una vez más la magia de la Navidad hace que David mientras lee “la tarjeta de Navidad de Natalie” recapacite y sienta el impulso del amor sobre todo al leer la postdata, Your Natalie (tu Natalie), es determinante, es suya e irá a por ella.
Aquí empieza la parte más mágica de este amor, que se me antoja al primer ministro británico cual príncipe de la cenicienta de casa en casa por la parte chumga de la calle (porque no sabía el número) buscando a su amor para cleclarársele. ¡Puf!, menos mal que vive en uno de los primeros números.
Y la encuentra, y a toda su familia, porque ella había vuelto con sus padres, tras dejarla su novio que le acusaba de dejar crecer sus muslos.
Y, ¿qué dónde acaban?, la familia de Natalie, el primer Ministro, su chófer, y sus escoltas. ¡Hey! Blogueros que estamos en Love Actually, ¡claro! EN LA FUNCION DE NAVIDAD DEL COLEGIO, si el mismo festival en el que toca la batería Sam, nuestra historia del día 24 de diciembre…… je, je, no os pienso contar el final, para todos aquellos que no hayáis visto Love Actually, solo os diré que no os podéis perder lo que pasa entre bastidores.
Natalie convence al primer Ministro que se quede a la función para ver a sus hermanitos, uno de ellos con un aparatoso disfraz de pulpo, y además allí el primer ministro se encuentra con su hermana Karen. Pero, esta será otra historia que será contada en otro día, ah!
Hasta mañana!.