Hace ya dos años que salgo con un chico, tengo una relación estable con él e incluso ya estamos con los planes para la boda. Pero, hace unos días que me viene al recuerdo mi primer amor, nunca tuvimos sexo, con el solo había largas y largas charlas, caricias y de vez en cuando un beso robado. No se qué hacer, porque a pesar de que ha pasado el tiempo, le tengo siempre tan presente, cada noche, todas las noches pienso en él. Estoy haciendo planes de boda con mi actual novio, y no sé porqué razón su recuerdo ha vuelto a mi mente con más asiduidad. Todas las noches sueño el día que me declaró su amor en el banco del parque de abajo de mi casa. Se puso de rodillas y exclamó, “mi princesa, mi amor, mi vida… cuando seamos mayores, ¿te casarás conmigo?”. Entonces en el momento en el que le voy a dar la respuesta, me despierto asustada, toda sudorosa, porque todo es tan real, que apenas puedo distinguir si es ensoñación o realidad. Entonces miro a Miguel que duerme a mi lado y me doy cuenta que todo ha sido un sueño o casi una pesadilla. Jamás volví a encontrarme con mi primer amor de la infancia, pero no entiendo porque me persigue su recuerdo, ahora que he decidido a compartir el resto de mis días junto a mi amado Miguel.
Esto ha hecho hasta que llegue a preguntarme si me caso o no. Mi novio es muy buena persona, y me remueve la conciencia porque pienso que de alguna manera le estoy siendo infiel, pero es que no se cómo quitármelo de la cabeza. Ya hace más de catorce años que no le he vuelto a ver, quizás fue la forma en que lo dejamos, el era muy pequeñito, y sus padres se trasladaron a vivir a otro país. Al principio nos escribíamos cartas, pero… de pronto un día dejaron de llegar y yo también dejé de escribirle. Jamás le he buscado en ninguna red social, ni similar, porque soy consciente que aquel amor inocente, fue eso… la inocencia del primer amor de la infancia, pero al final me armé de valor y decidí contárselo a Miguel.
Se mostró totalmente comprensivo y me explicó que el también tuvo una chica a la que amó por encima de todas las cosas, pero que ahora yo era su gran amor y por eso había decidido unirse a mi para siempre. Desde que le conté a Miguel la historia los sueños se han evaporado como por arte de magia. ¡Madre mía, qué descanso!. Quizás todo estaba provocado porque no estaba cien por cien segura de los sentimientos de Miguel, al mostrarse el tan seguro y tan ilusionado con nuestro enlace toda la inseguridad ha desaparecido y mi primer amor de la infancia ha desaparecido de mi mente. Ahora solo lo traigo a mi recuerdo cuando a mi me apetece y me siento con ganas de rememorar su presencia.