PERDÓN PERDÓN PERDÓN.
Me he retrasado más de 20 minutos, hoy es el décimo día, ya que han pasado las 12 de la noche, y claro no puedo engañar al blog, porque tiene la horrible manía de poner la fecha siempre a mis publicaciones. Bueno, yo me comprometí a un amor por día, NO A UN AMOR AL DÍA. ¿verdad? sé que sabréis perdonarme. Seguro, sino, ya está, ya lo tengo; son las 12 las 11 en Canarias, je, je… me imaginaré pues que estoy en esa fantástica isla.
Bueno, ahí va, este día va dedicado al amor de mi vida. ¡Que no!, que ya lo se, hasta el final no revelaré mi primer gran amor. Bueno, Eva cáyate, que al final la lías… Nueva modalidad, este texto está escrito por mi propia victima, J. Solo me he permitido poner una coma aquí, poner un punto allá.
«Una cosa es el primer amor y otra muy distinta cuando sientes la llamada del amor. Mi primer amor, el que yo siempre recuerdo y siempre recordaré no es físico sino espiritual, de corazón, de ilusiones, de esperanzas, pero sobre todo un amor que aún perdura y creo que me acompañará toda mi vida, por lo menos eso espero.
La conocí con muy poco edad creo recordar que con 2 o 3 añitos, creo vagamente recordar que la primera era, grande gorda y con muchos colores, y fue en la fría sala de un fotógrafo de los de antes. La segunda, que recuerdo, era de plástico duro y simulaba a una de buena calidad…, y por fin, la tercera fue la profesional de verdad.
Sucedió en el colegio la víspera de Navidad, (que por cierto, recuerdo que nos hacian ir hasta los sábados por la mañana a clase) fijaros si soy mayor, bueno, pero, vuelvo al relato de la profesional. Era un concurso y lo ganaría el chico que vendiese mas papeletas de lotería. Puse a toda mi familia a vender, a mis padres, tíos, mis amigos, los vecinos, yo… tenía que ser MÍA. El resultado fue aplastante, gané por goleada, y ¡por fin! la vi, venía envuelta en una red, era de reglamento, con gajos rojos y blancos (cosa que me jodió y me jode bastante la verdad), pero era mi primer amor y me sentía orgulloso y me fui jugando a mi casa con ella, tratándola con cariño, con amor, con ternura como he intentado tratar a todas las que he tenido todos los domingos, y todos los martes, miércoles, jueves y viernes,de mi vida hasta los 34 años. Fue entonces cuando decidimos que nuestro amor no podía ser ya tan a diario, que nos teníamos que dejar de ver tanto, que nos amaríamos algunos, jueves o algún domingo. La convencí que los domingos eran sagrados que la quería ver durante toda mi vida, y eso hasta ahora siempre lo cumplimos a raja tabla, aunque ya no es profesional y las fuerzas ya no me acompañan como antes, yo sigo ahí con ella, todos los domingos con ella…
La sigo dando cariño, ternura amor, aunque ya no tengo tanta fuerza, puntería y destreza para tocarla como antes, otros vienen con el ímpetu de la juventud y llegan incluso a maltratarla. Pero, yo sigo en mi compromiso de darla todo mi amor, cariño y ternura hasta el resto de mis días… Si a alguien he ofendido, pedir perdón y si de alguien consigo su atención o comentario pues agradecérselo de antemano, quizás aparezca en un día de esos 365 de este blog. No podía despedir estas letras sin agradecer públicamente a mi gran primer amor: Gracias gorda por todo lo que me has dado y me das…
…cada vez que te encaro, te disparo y te impulso hasta la portería y los dos gritamos GOL».